Se concentraron en Pintos y Moreno. Banderas al viento, pancartas recogidas esperando el momento. En los rostros no había felicidad pero tampoco tristeza, el que lo mira de afuera sin saber que pasa, y eso es muy triste por no decir lamentable, diría que esas caras demuestran orgullo y compromiso.
Los jóvenes, que son muchos por fortuna, junto con los que no lo son tantos y con quienes fueron los auténticos protagonistas de una historia que busca un final.
El Espacio Memoria, Verdad y Justicia de Zárate, comenzaba con el primer gran objetivo conmemorando la fecha del golpe militar más cruento de este país: la señalización de los imperios del terror y la cobardía. La señalización de los Centros Clandestinos de Detención.
Y marcharon, ahora sí pancartas desplegadas, banderas al viento, sonar de redoblantes y voces pidiendo justicia. Marcharon buscando que una sociedad aún ciega, sorda y muda, visualice que la barbarie, la tortura, la vejación y el crimen oficilializado, estuvo en Zárate.
Casa Piedra, Lavalle al 600.
Comisaría 1era.
Arsenal de Artillería de Marina
En todos esos sitios se mencionó a quienes hoy ya no están y cuyo único delito fue pensar distinto, querer una sociedad igualitaria.
El final los encontró frente al portal verde, color trágico si lo hay, hermanados en el recuerdo, hermanados en la lucha porque, como dijo Lidia Biscarte, “se sepa la verdad de lo que nos hicieron”.