Por Nahuel Rivas Karlic…….
A pocos días de un nuevo 24 de Marzo, fecha en la que, tristemente, en 1976 las fuerzas armadas despojaron del poder al gobierno peronista de María Estela Martínez de Perón. Hace horas se publicó un afiche poco feliz por parte del centenario partido de la Unión Cívica Radical en conjunto con la “Juventud Radical” y “La Yrigoyen” con una foto de la presidente, Cristina Fernández de Kirchner, criticando entre otras cosas la tragedia de Once, la persecución a los QOM y el ascenso de Milani.
Tres cuestiones que son muy criticadas y reprochables por quién les escribe, pero la pregunta de esta persona es: ¿Qué hizo la Unión Cívica Radical por los derechos humanos?
Repasemos un poco la historia de este partido histórico que ha manejado de pésima manera los hilos de la nación. Su primer presidente Hipólito Yrigoyen, al que los radicales adhieren como “gran presidente” persiguió y asesinó a cientos de trabajadores.
Primero en 1919, en el tristemente y celebre hecho conocido como la “semana Trágica” ocasionado en los Talleres Metalúrgicos Vasena de la Capital Federal, cuando los trabajadores reclamaban mejores condiciones laborales y mejores salarios, el gobierno de Yrigoyen en conjunto con la “Liga Patriótica” encabezaron una brutal represión que dejo como saldo 700 obreros muertos y miles de heridos.
Luego en 1921 se produjo un conflicto con los trabajadores en la Patagonia, mas conocido como “La Patagonia Rebelde”, donde el gobierno de Don Hipólito mando a asesinar a miles de trabajadores. Y también se produjo una nueva represión en el Chaco santafesino con los trabajadores de “La Forestal”, más conocido como “quebracho”, donde por defender a los capitales ingleses el gobierno radical mando a reprimir salvajemente la huelga dejando miles de heridos.
Luego en 1955, los radicales participaron activamente del golpe de Estado que quito del poder a Juan Domingo Perón o sea, por fuera de la vía democrática, junto a los militares derrocaron a un presidente elegido democráticamente por el pueblo.
Una vez los militares en el poder los militantes radicales se dedicaron a destruir casas partidarias del justicialismo. También apoyaron la proscripción del Partido Justicialista, proscripción que duró 18 años, ganando elecciones ilegítimamente, puesto que el peronismo había sido prohibido.
Arturo Frondizi cuando gana las elecciones de 1958 de la mano de un pacto secreto con el exiliado Perón, luego de no cumplir con su promesa, se enfrenta al peronismo en conjunto con los militares a través del Plan CONINTES (Conmoción Interna del Estado) donde encabezaron una fuerte represión a los sectores peronistas.
Los radicales toman como otro ejemplo a Arturo Illia, ese Illia que si bien era “modesto” mando a reprimir una movilización de jubilados…
Luego en 1976 con un país sumido fuertemente en la violencia entre la derecha y la izquierda peronista, otro gran referente radical suplicó que los militares tomaran el poder.
De hecho el ex Comandante en Jefe del Ejército, Jorge Rafael Videla, en uno de los juicios que tuvo que afrontar en la provincia de Córdoba en Diciembre del 2010, sostuvo que el líder radical de la época, Ricardo Balbín, le solicitó que actuara cuanto antes.
La frase que Balbín le habría dicho a Jorge Rafael Videla fue la siguiente: “Terminen con esta agonía, pero no esperen que los vaya a aplaudir”.
Hace poco tiempo realice un trabajo de investigación histórica sobre expedientes municipales en la ciudad de Campana donde gobernaba Calixto Dellepiane quien, curiosamente, siguió ejerciendo el cargo de intendente municipal tras el ascenso de los militares.
Nos podemos plantear algunas interrogantes:
Tomando el pedido de Balbín a Videla, considerando que Dellepiane era “radical balbinista”:
¿Había coincidencia política e ideológica del caudillo local con el nuevo gobierno cívico militar?
¿Dellepiane tenía que abandonar el poder?
Con respecto a la primera interrogante considero que si bien, había radicales que se oponían a la dictadura militar, la cúpula nacional del radicalismo estaba a favor de la ocupación militar en el poder, por ende si habría coincidencias de que el poder tenía que volver a los militares para que estos pongan cierto “orden” en una sociedad marcada por la conflictividad social y la violencia ejercida por la triple A y las organizaciones guerrilleras.
Y en lo que refiere a la segunda interrogante que me hago en cuestión, coincido con el historiador Miguel Di Fino, puesto que en una entrevista que le realizan por los juicios a quienes participaron del área 400, crítica a Dellepiane, y plantea que:
“Lo había elegido el pueblo y por respeto a ese pueblo tendría que haberse ido el día del derrocamiento, fundamenta y aclara que durante su investigación intentó en vano entrevistarse con los funcionarios de ese época”. Considero que Dellepiane debía abandonar el poder debido a que todas las instituciones de la democracia habían sido abolidas al igual que los concejos, por ende el pueblo que así eligiera al “caudillo” radical, también había elegido concejales de otros partidos, por lo tanto los mismos no estaban siendo representados, al menos sus derechos.
Finalizada la más sangrienta y cruel dictadura de toda América Latina, Raúl Alfonsín gana las elecciones prometiendo enjuiciar a los militares, cuestión que logra a medias decepcionando a todos los organismos de derechos humanos, apoyando la teoría de los demonios, justificando el secuestro, la tortura, la desaparición de personas y la apropiación ilegal de niños.
En fin, cerrando con este escrito, hace poco tiempo la diputada radical María Luisa Storani pidió que se aboliera el feriado del 24 de Marzo, declarado como de la “Memoria por la Verdad y la Justicia”, para que quede en el olvido, seguramente, como la Ley de Olvido Rivadaviana o peor aún la Obediencia de Vida alfonsinista.
Este escrito es sencillo y breve, pero permite preguntar:
Y vos Juventud Radical, ¿qué hiciste por los derechos humanos?