Crónicas de una realidad que en Campana suele no mirarse. Mitos y verdades acerca de una cultura ignorada y a veces discriminada.
…Caminando por la avenida Perón en dirección hacia el río y a pocas cuadras de la calle Moreno, llegamos a la modesta casa de una familia con una gran historia que contar.Al acercarnos a la puerta, fuimos recibidos en forma muy cordial por jóvenes de rasgos profundos. Rostros de piel morena y ojos negros color aceituna que delataban sus fuertes raíces nos observan inquisidores, detrás de una ventana. Pronunciaban palabras en un idioma desconocido…Son Los Gitanos y el idioma que hablan es el romaní, milenario dialecto que según nos cuentan, proviene de Grecia y Hungría, aunque la antropología todavía discute si esta fonética tiene sus inicios en el cingalés, antiguo idioma que todavía hoy se habla en Sri Lanka. La lengua de este pueblo es una apasionante mixtura de razas y kilómetros recorridos.Nos recibe el padre y jefe de este clan tan particular como desconocido, tan cercano y a la vez tan lejano a nosotros. Su nombre es Walter Yanukovich, quien amablemente nos introduce en la rica cronología de sus raíces: mi abuelo era yugoslavo. Vino a Sudamérica en un barco escapando de la guerra del 14…La historia nos remonta a los inicios del siglo XX. El 28 de junio de 1914, el archiduque de la coalición Austro-Húngara, Francisco Fernando, fue asesinando en la ciudad yugoslava de Sarajevo por la guerrilla nacionalista serbia llamada mano negra, que se oponía al expansionismo austríaco en los Balcanes. En represalia, Austria le declaró la guerra a Serbia, entonces Rusia movilizó tropas para protegerla. Se delinearon así las preliminares de la Primera Guerra Mundial, también conocida como La Gran Guerra.Por esos años, la zona de los Balcanes, tristemente célebre hoy como Ex-Yugoslavia, era el hogar de miles de familias que tenían el denigrante título de intocables nómades, por su condición de inmigrantes y por eso fueron perseguidos y masacrados por los ejércitos invasores de la época y de tiempos posteriores.
Orígenes:
Los gitanos son un pueblo nómada que proviene de la región de Punjab y Cachemira, zona tribal en el noroeste de La India, región fronteriza con el actual Estado Islámico de Pakistán.Según cuenta la historia, el primer registro del movimiento del pueblo gitano se produjo alrededor del siglo x, cuando huyeron hacia el oeste ante el asedio de las invasiones musulmanas a la India. Sin embargo, la procedencia de los gitanos ha sido objeto de todo tipo de fantasías. En la antigüedad han sido considerados descendientes de Caín o relacionados con la estirpe de los ladrones que acechaban caravanas y de los bufones que entretenían a la nobleza. Algunas tradiciones los han identificado con magos caldeos de Siria o con una tribu de Israel extraviada en el Egipto faraónico. Una antigua leyenda balcánica los hace forjadores de los clavos de Cristo, motivo por el cual habrían sido condenados a errar por el mundo, si bien no hay ninguna prueba que sitúe a los gitanos en Oriente Medio en esa época.Condenados a la diáspora, este pueblo nómada ingresó a Europa a través de Siria, Palestina, Armenia y Grecia, para asentarse finalmente en el sur de Turquía, donde hoy se registra el mayor número de descendientes de la comunidad (2,5 millones). La región sur de Turquía, era denominada antiguamente como pequeño Egipto y los habitantes de la comunidad se presentaban como nobles egiptanos. Con el tiempo, la denominación se deformó hasta nuestros días con el nombre de gitanos. Son la mayor minoría étnica de la Unión Europea en la actualidad.Ellos se llaman a sí mismos pueblo Rom o Romanies. La palabra Rom, significa hombre o marido, también quiere decir hombre que hace música. La tendencia que éste pueblo tiene a la itinerancia y al nomadismo, son las causas de la exclusión y la discriminación injustificadas por gran parte de la sociedad. Pero en realidad, demuestran ser personas cuidadosas, amables, serviciales y hospitalarias, siempre dispuestas al diálogo. Yanukovich está sentado narrándonos la historia de su familia, su silueta corpulenta se recorta contra la tenue luz del atardecer que se filtra por la ventana, mientras los últimos destellos del sol se pierden hacia el oeste. Su rostro lleva el legado cultural de los antepasados: ojos azules profundos heredados de abuelos balcánicos, enmarcados en la tez morena de su piel, típica reminiscencia hindú. De voz aguda y profunda, nos cuenta cómo llegó su gente a Sudamérica. …mi abuelo llegó de Yugoslavia y entró a Chile por Punta Arenas. Ahí conoció a mi abuela (que también era de la comunidad) y se casaron. Vivieron un tiempo en Mendoza donde tenían una finca y producían vino. Después se fueron para el Chaco, donde nació mi padre. Se dedicaban a los negocios. El hombre hace una pausa para recordar y se remonta a la llegada de su familia a Buenos Aires: En Zarate vivíamos en unos terrenos por la avenida Antártida Argentina. Un día vino la policía y nos dijo que nos teníamos que ir. A los palos nos echaron. Trabajábamos y ganábamos dinero pero nadie quería vendernos comida. Una vez le pedimos a un vecino que nos vendiera unas gallinas y un chanchito y se negó. Los niños se morían de hambre y tuvimos que comer igual. Terminamos todos presos. Era el principio de los 70. Cuando llegamos a Campana éramos alrededor de 9 familias, algunos vivían en la carpa. Yo compré esta casa en el año 78…La casa modesta ubicada en una esquina, presenta un clima festivo. Los niños se arremolinan sobre el televisor saltando y vibrando con el relato de un partido de fútbol. Las carpas ya no existen, sólo queda un separador de tela fina que marca los límites del impenetrable aposento matrimonial. El recinto familiar es sencillo y colorido, piso alisado color rojo y paredes austeras con la fachada sin revocar. Una humilde hospitalidad se percibe en el ambiente y en el aire flota un delicioso olor a té que se mezcla con tabaco. Toda la familia rodea al padre mientras responde las preguntas. Cinco hijos tiene esta familia, tres varones y dos mujeres. La madre está sentada a un lado del cronista y colabora aportando datos pintorescos a la historia: … los chicos se casan muy jóvenes y tienen hijos rápido, así dejan descendencia pronto…. Una joven de 16 años observa a su madre tímidamente y en silencio se acaricia el embarazo con sus pequeñas maños. Los niños asisten a la escuela generalmente los primeros años de la primaria, luego abandonan para dedicarse a los negocios familiares y atender a sus mujeres, aunque esta tendencia está cambiando y algunos optan por terminar los estudios. Las mujeres conservan algo del atuendo típico, las largas polleras que llegan hasta los pies y los cabellos atados en trenzas que se mueven con el vaivén del viento. Los gitanos son históricos comerciantes y todavía se dedican a esos menesteres para subsistir y alimentar a los suyos. La familia Yanukovich vive de la venta de automóviles. Ellos se sienten totalmente integrados a la comunidad campanense y por ello interactúan libremente con sus vecinos, aunque, según comentan ellos mismos: …a veces, los que no nos conocen, nos discriminan por ser gitanos…Como si fuéramos parte de su familia, nos invitan a sentarnos a su mesa para continuar con la charlas mientras las mujeres sirven un té con exquisitos aromas a frutas. Para este ritual, tan importante en su cultura, que agasaja al visitante dándole un status de personalidad, utilizan una tetera llamada SAMOVAR, que es un artefacto de cobre y bronce en el que calientan el agua para servirlo. Este artefacto (según nos comentan) tiene sus orígenes en Rusia, adquirido como costumbre seguramente en su paso por aquel país y todavía hoy perdura.Las costumbres culinarias de los romaníes, son tan dispares y milenarias como su cultura misma. Heredan de sus antepasados hindúes algunas salsas estilo curry, que utilizan para acompañar los granos del arroz y legumbres como el garbanzo. El azafrán y el cerdo también son alimentos apreciados por la comunidad. El curry, es un plato elaborado con una mezcla de especias picantes desarrollado en las cocinas hindúes y asiáticas, difundido en Europa y el resto del mundo por los británicos y holandeses al transferir el conocimiento adquirido en sus colonias durante el siglo XVIII.La cocina de la región india del Punjab, de donde provienen los Gitanos, se destaca por el uso del trigo y las masalas (mezclas de especias), también se utilizan la mantequilla y la nata.La mujer más antigua del hogar se llama Iagoda Castelo, que con sus largas polleras floridas y sus cabellos blancos atados en una trenza, nos cuenta que, ahora las chicas jóvenes eligen a sus novios. A veces hasta son criollos. El hombre de hoy ya no paga la dote por la mujer. Son otros tiempos…La dote, era un patrimonio que la familia de la novia entregaba al novio antes de casarse, en los rituales romaníes o hindúes y que aseguraba la manutención de la propia novia de por vida o durante el tiempo que duraba el matrimonio. Esta dote, consistía comúnmente en animales o el ajuar, (conjunto de enseres, ropas y muebles pertenecientes a la mujer). Esta suerte de impuesto, era siempre pagado al marido, quien lo administraba y comúnmente pasaba a formar parte del patrimonio familiar. En caso de repudio, separación o divorcio por parte de la mujer, el marido tendría que devolverlo. Es una costumbre ya perdida en la comunidad.Un jovencito luce un corte de cabello al estilo Lío Messi, mientras salta frente al televisor cuando Boca Junior marca un gol en el superclásico de fútbol dominical. Otros fuman cigarrillos y juegan con sus modernos celulares.Los Gitanos son una raza perseguida y discriminada por el sólo hecho del desconocimiento y la ignorancia. A todo lo largo de la historia, supieron sobrevivir y adaptarse a los lugares y países donde les tocó emigrar. En ocasiones fueron reprimidos y silenciados, olvidados y exterminados por el sólo hecho de ser ellos los nadies.Numerosos imperios callaron las voces y el sufrimiento de este pueblo, apartándolos del camino como simples objetos sin importancia, obligándolos a una diáspora triste y dolorosa, para marchar hacia lo desconocido y a la incertidumbre de un futuro en tierras lejanas.Tan poca importancia le dieron los poderosos a éste valiente pueblo, que la Republica de Turquía pecó de morosa y tardó casi 100 años en reconocer que allá por los inicios del siglo pasado, en la vieja Armenia, se había perpetrado un genocidio.Ellos son, junto a otros muchos, los eternos sufrientes silenciosos de las sociedades desarrolladas, que miran a otro lado cuando una joven de largas polleras y cabello suelto les ofrece adivinar la suerte a cambio de un par de monedas.Al decir de Galeano; Hitler creía que la plaga gitana era una amenaza y no estaba solo. Desde hace siglos, muchos han creído y siguen creyendo que esta raza de origen oscuro y oscuro color lleva el crimen en la sangre; siempre malditos, vagabundos sin mas casa que el camino, violadores de doncellas y cerraduras, manos brujas para la baraja y el cuchillo. En una sola noche de agosto de 1944, dos mil ochocientos noventa y siete gitanos, mujeres, niños y hombres, se hicieron humo en las cámaras de gas de Auschwitz. Una cuarta parte de los gitanos de Europa fue aniquilada en esos años. Por ellos, ¿quién preguntó?. La comunidad Gitana es una gran familia. Una más, de las tantas que hay en Campana.