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El romance de la Revolución de Mayo con la Bandera (Parte I)

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Por Lic. Carlos Morató….. Un poco más complejo que el del Aniceto y la Francisca. El que sigue es un relato interpretativo que extraje del libro Historia Argentina de José Marí Rosa. Quizás un romance trunco pero esencial en nuestro desarrollo como País.

cabildo-noche

La organización colonial tenía algunas semejanzas con la actual. En el año 1776 se crea el Virreynato del Rio de la Plata cuya capital sería la Ciudad de Buenos Aires. Comprendía lo que hoy es Bolivia, Paraguay, Uruguay y Argentina. Con sus más y sus menos derivados geográficos del desarrollo de la historia posterior.

El 15/10/1777 asume el virrey Pedro de Cevallos que se instala en el Fuerte. Treinta años después vendrían los ingleses.

Era un delegado directo del Rey de España pero no de sus Cortes aunque fuesen las que lo designaban.

Duraban pocos años porque con tanto poder se corría el riesgo del enriquecimiento excesivo. Hoy se quieren quedar. Representaba lo que democráticamente signamos como Poder Ejecutivo.

Estas tierras habían sido ganadas desde el Rio de la Plata. El poder del Virrey era mucho porque tenían adscritos a su cargo los empleos de gobernador, capitán general, presidente de la Audiencia, superintendente de la Real Hacienda y vicepatrono de la Iglesia.

En la fundación de la Ciudad en 1580 Garay, en acuerdo a las leyes de Indias destinó para el Cabildo un terreno lindante a la Plaza Mayor donde aún reside.

Este fue inaugurado en 1751, fue reformado a mediados del siglo XIX y nuevamente a mediados del siglo XX y que es el que conocemos hoy.

Sus funciones fueron cambiando en el tiempo. En sus comienzos en el Cabildo se “cabildeaba” acerca de los asuntos de los comunes.
Un simil de lo que hoy democráticamente lo signamos como Poder Legislativo.

En 1808 Napoleón invade España y así se debilita el Poder del Rey que debe migrar y las Cortes también y aún con deseos de capitular frente al invasor Francés.

Los traidores existieron siempre. Debido a esta debilidad el Cabildo comenzo a desempeñar además un rol político.

En el primer cuarto del siglo XIX se desactivó; como está ahora, cumpliendo un rol administrativo.

La sociedad de aquella época era semejante a la actual; los sin nombre en el campo y en las vaquerías, los orilleros, los comunes, los comerciantes, los hacendados, los ligados a la aduana, los administrativos, los intelectuales, los profesionales, los ligados al Poder y los que detentaban el Poder. Las últimas categorías nombradas era la “gente de bien”; como ahora.

Luego de Cevallos siguieron seis Virreyes más, Liniers héroe de guerra en las Invasiones Inglesas, como Virrey interino, ya que Sobremonte se fue a Córdoba a buscar aires políticos renovados y por último Cisneros, a partir de mediados de 1809, hasta que fue depuesto por el Cabildo Abierto de 1810 menos de un año después de su nombramiento.

Los desembarcos Ingleses en las Invasiones fueron en la costa de Quilmes por los problemas de calado en la costa de la Ciudad de Buenos Aires.

Varios eran los motivos.

Su tradición imperalista, su dominio del mar, su rivalidad con el Poder hispánico y la necesidad imperiosa de imponer sus productos en el mundo debido a la impresionante productividad lograda a partir de la Revolución Industrial desatada a partir de 1760. Impecables en el despertar de bajas ambiciones. Lo de malvinas en 1833 fue otro tema.

Pensaban que ahí éramos débiles por la lejanía del poderoso Virreynato del Perú y que serían recibidos con alborozo como los salvadores del yugo Español. Solo los ingleses residentes y los ligados a sus intereses, aunque no eran pocos. En ambas invasiones, al principio nos fué mal pero también en ambas pudimos reaccionar.

Beresford en la primera arriba el 25/06/1806 y capitula el 12/08/1806. Un mes y medio en el Poder hasta que Liniers organizara la Reconquista.
Con honores de vencido lo enviaron a Luján pero como siempre algunos traidores lo dejaron escapar. Como ellos habían ganado la Plaza de Montevideo, sus buques y tropas pululaban. Uruguay nos pertenecía. Y volvieron por Buenos Aires. Esta segunda vez al mando de Whitelocke.

Este desembarca el 28/06/1807, un año después de la primera, y debe capitular tres días después. Las tropas de línea fueron ayudadas por milicias populares, algunos armados y otros inclusive a pedradas y con el famoso aceite caliente aprovechando las calles estrechas de ayer y de hoy.

Sobremonte había sido un Virrey más pero demostró una gran ineptitud en las acciones bélicas. Liniers en su heroicidad había ganado el favor del Pueblo. De allí su nombramiento como virrey interino asumiendo como tal la defensa de Buenos Aires en la segunda Invasión Inglesa.

Pero era Francés y su postura ideológica derivada lo llevo a tres años después a su fusilamiento ordenado por la Primera Junta de Gobierno que sobrevendría después de estos acontecimientos.

El Pueblo de Buenos Aires a través de su participación en las batallas también había adquirido conciencia de valor. Las fuerzas de línea habian sido sobrepasadas en sus posibilidades por el poder del invasor Inglés.

En este estado de ánimo, al año siguiente la noticia de la invasión francesa al reinado de España causó una profunda repercusión local.
En ese estado de cosas, en medio de ese impacto, y ya pasados dos años de las invasiones, el Rey de España nombra Virrey a Cisneros desplazando a Liniers.

En ese momento las opiniones del Pueblo eran muy diversas. Los más conservadores entendían que frente a ese acontecimiento había que estrechar filas con el Rey. Que se había defendido la Patria jurando fidelidad a la Patria y al Virrey.

Éramos pocos en Buenos Aires, supongo unas 300.000 personas y unos cinco millones en todo el virreynato.

Los mas liberales representados en la clase ilustrada y alentados por las ideas de Rousseau hablaban de libertad, igualdad y propiedad desapegados de la cultura del Reino.

Como siempre e igual que hoy, los extremos políticos no contemplaban las ideas de las mayorías populares.

La propia población sostenía diversas opiniones. Unos, los mas calmos, pensaban y sostenían que mientras persistieran la debilidad política española, la Hispanía previendo anarquía, debía procurarse una organización local que la evitara.

No podemos olvidar que en nuestras fronteras residía el poder Lusitano y que podríamos resultar un bocadito de Cardenal incorporando a la Cuenca del Plata al menos.

Los Ingleses relamiéndose, ya que ejecían un Protectorado en esas tierras fruto de sus relaciones con Portugal. Era la envidiable vía para adentrarse en el corazón de la América del Sur.

Dentro de ese marco de opinión cabían tres posibilidades, acompañar al Virrey, acotar al Virrey o desplazarlo.

Las dos primeras se resumieron en la posibilidad de acotar el poder de Virrey pero preservando la Institución; la tercera era la que prevalecia en el corazón de las mayorías. Latía la independencia.

En medio de este clima, Liniers, el héroe, comenzó a ser cuestionado por sus sentimientos Bonopartistas que en desacuerdo con los independentistas pensaba en la posibilidad de una hegemonía francesa futura en estas tierras y por ello estaba en desacuerdo con cambios en la conducción del Virreynato.

También en ese clima aparece Cisneros con la dificil misión de ordenar la situación a favor de la Corona teniendo en cuenta además la existencia de una alta burguesía local relacionada a negocios con la Metrópoli.

La sustentabilidad económica también les resultaba importante. Su táctica residió en la tolerancia y el diálogo.

Dentro de sus instrucciones traía el aval para transmitir a los habitantes de la colonia que serían parte del Estado Español a partir de la creación de una Regencia Americana.

También tenía conciencia del peligro Lusitano por lo que debía acordar con las milicias a través de Liniers del que desconfiaba. Pero se unieron en el espanto a los Portugueses.

Los brasileños independizaron en 1822 pero persistieron en su espíritu imperalista consagrando un Emperador, estructura política que perduró hasta 1889 cuando se proclamó su República. Un gigante hoy dormido.

A través de los residentes ingleses y sus grupos de relación, Inglaterra intentaba propulsar la idea de la Independencia con un Protectorado Inglés, pero era minoritaria en aquellos momentos.

La posibilidad del Virrey, reconociendo íntimamente el vacío de poder, era apoyar una estructura local que lo sustente sin dejar de contemplar la posibilidad de que Fernando VII volviese y encontrase a su Virrey y que si no volviese fuese capaz de seguir adelante con residentes españoles en el Poder.

¿”A Dios rogando y con el Mazo dando”. En 1810 ?. Pese a todo es de adorar el bello decir Castellano


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