Por Antonela Scoglia ( Tecnicatura Superior en Comunicación Social – I.S.F.D. T y T. Nº 15 ).
Hernán “Dinamita” Olivera se casó y fue papá muy joven. Aprendió a boxear a los 27 años, lleva una década sin pisar un ring y admira a Nicolino Locche. Después de tres años practicando el boxeo, con diez peleas amateur y trece profesionales, nos cuenta como es su vida sin los guantes.
- ¿Cúal fue el disparador qué te llevo a boxear?
- De un día para otro. Yo estaba con Lucho mi compañero de trabajo, él había prácticado boxeo y le dije ”¿me llevás a boxear?” , ahí arrancó todo. Fue algo qué nunca pensé, tenía 27 años, se dió. Circunstancia del destino.. casualidad. Y Lucho terminó siendo mi entrenador.
-¿Cuánto tiempo llevas sin pisar un ring?
- Diez años, pero cada tanto, una vez por semana, voy a entrenar, sin boxear. Te queda como un fuego, esas ganas de boxear siguen estando.
- ¿Porqué no seguiste boxeando?
- Era vago, no me gustaba entrenar. Cuando yo llegué a estar más o menos bien, me costaba mantener el peso, tenés qué cuidarte mucho. Y otra de las cosas era decidir entre boxear o trabajar. Tenía a mi mujer y mi hija chiquita, era una cosa o la otra. Los pibes se dedican de lleno a esto, el boxear no es entrenar dos veces por semana, tenes que hacerlo todos los días. En esa época tuve que trabajar de remisero.
-¿Porqué no seguiste boxeando?
- Era vago, no me gustaba entrenar. Cuando yo llegué a estar más o menos bien, me costaba mantener el peso, tenés qué cuidarte mucho. Y otra de las cosas era decidir entre boxear o trabajar. Tenía a mi mujer y mi hija chiquita, era una cosa o la otra. Los pibes se dedican de lleno a esto, el boxear no es entrenar dos veces por semana, tenes que hacerlo todos los días. En esa época tuve que trabajar de remisero,y eso era un laburo de estar sentado diez o doce horas por día y no tenía tiempo para entrenar. A mi me llamaban dos semanas antes para boxear y en esos días bajaba diez kilos, llegaba mal a la pelea, iba regalado y tampoco tuvimos apoyo municipal.
- ¿Tenes pensado volver a practicarlo?
- Sí, en cualquier momento vuelvo, pero mi mujer no quiere saber nada.
- ¿Te ves cómo entrenador?
- No, a veces voy a ayudar, hago de colaborador, no profesionalmente. En los festivales de boxeo muchas veces me invitan y voy de árbitro. Cuando uno todavía piensa que puede boxear, no te ves como entrenador y otra de las cosas, es que no tengo paciencia para eso.
- ¿Cómo sigue tu vida ahora?
- Trabajo en una empresa desde hace 9 años, entré después de dejar el boxeo. Todas las mañanas salgo a correr, y de vez en cuando me doy una vuelta por el gimnasio para hacer un poco de guantes, nada más.
- ¿ Te quedaron secuelas por los golpes?
- Sí, este deporte tiene sus consecuencias. Yo de un oído no escucho bien, y de tantos golpes en la cara me tuve que operar la nariz y perdí la movilidad al hablar.
- ¿Qué le dirías a aquellas personas que quieren y no se animan a practicarlo?
- Que si les gusta y lo hacen seriamente, que lo practiquen, porque es un lindo deporte.