Las impactantes imágenes difundidas en exclusiva por Enlace Crítico de la persecución y tiroteo de los “motochorros”, que antes de la medianoche del lunes 24 de noviembre habían asaltado la oficina de una remisera de la calle Rawson al 1700, tiene como protagonista a alguien que engendra la peligrosa semilla del asesino en potencia.
Quien esgrime el arma y dispara sin importarle nada, es un joven que cumplió 18 años en el mes de mayo, cuya identidad guardaremos por razones judiciales, pero antes de la mayoría de edad y de acuerdo a la investigación realizada por este medio, ya contaba con al menos 15 causas en su contra por hechos delictivos de distinto tenor.
El más reciente fue en enero de este año cuando en similar situación resistió a los tiros la aprehensión de fuerzas de Gendarmería Nacional.
Hoy enfrenta, junto a su cómplice de 21 años, una causa ante la Fiscal, Dra. Andrea Palacios, caratulada como “atentado y resistencia a la autoridad, abuso y portación ilegal de arma de fuego, robo calificado y encubrimiento”, esto último a raíz que la motocicleta que los transportaba tenía pedido de secuestro por robo desde el 23 de septiembre desde la Comisaría 1era. de Campana.
Tal vez y legalmente no tengan peso sus antecedentes siendo menor y entonces alguna argucia judicial lo deje libre, pero como sociedad, uno se pregunta… “tiró a matar a cualquiera porque no pasaba si era un uniformado o ese vecino que le arrojó un golpe al pasar. Quería matar para escapar a cualquier precio y ese precio era la vida de otro. ¿Con qué balanza medirá la Justicia?”.